2.- ¿En qué modo
responde a la Innovación del Sector Público que pretendemos?
La Administración Pública tiene que adaptarse a los
cambios sociales y, en general, a todo tipo de cambios que haga que la relación
entre ciudadanía-administración cambie y que la Administración Pública tenga
los mecanismos necesarios y optimizados para poder satisfacer las necesidades ciudadanas. Un rasgo distintivo es la necesidad de combinar el conocimiento interno con el externo para
llevar adelante las iniciativas. No se trata de iniciativas
unidireccionales sino que se debe contar con la colaboración de recursos y
actores externos.
El sector público debe llevar a cabo un cambio cultural para
entender que sus profesionales necesitan funcionar en red con profesionales de
otras administraciones. La estructuración de las Administraciones se basa en
competencias, territorio y jerarquía. Hacen falta nuevos métodos de gestión
para incorporar esta visión interadministrativa.
La innovación en el Sector Público estará íntimamente
ligada a la eficacia, tal y como lo define el Informe del Cabinet Office
Británico (2005): “la eficacia del
gobierno y de los servicios públicos depende del éxito de la innovación para
desarrollar mejores modos de responder a las necesidades, de resolver los
problemas y de usar bien los recursos y las tecnologías. La innovación se
considera a veces un lujo prescindible o una carga adicional. Debe ser
considerado como una actividad básica”.
3.- ¿Cuale son sus
funciones dentro del Centro de Innovación?
El
Laboratorio Participativo de Innovación (el LPI) con la metodología de trabajo
que se establezca, lo abordaremos después, será el encargado de nutrir de
ideas, de saberes, de experiencias, de conocimientos, de recursos y de
argumentarios imprescindibles a los
equipos públicos de innovación[1]
que están asumiendo el reto de apertura, de transparencia, de buena gobernanza.
Básicamente, un equipo de innovación es un equipo de proyecto, pero con las
características y valores que incorpora la innovación.
El
Laboratorio dará voz, y autoría a quienes van a ser las personas destinatarias
finales. La Comunidad de Innovación conformada por representantes de
Administraciones Públicas, Empresas Privadas, Tejido Emprendedor, Movimiento
Ciudadano, Organizaciones No Gubernamentales, etc. etc. interactuará, desde un
procedimiento participativo negociado y validando a cada paso. Los acuerdos que adopte el LPI ayudaran a la
toma de decisiones abriendo el gobierno a la ciudadanía desde el minuto menos
uno hasta el final del camino; así pues, podrá haber tantos Laboratorios como
problemas a los que hacerles frente.
4. Respondiendo a Creatividad, Participación, Transparencia
El LPI contará con una metodología para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y
dar solución a las necesidades reales de usuaria/os. Proviene de la forma en la
que trabajan quienes diseñan productos. De ahí su nombre, que en español se
traduce de forma literal como "Pensamiento
de Diseño"[1]. Si bien el nombre
puede provocar confusión, no se trata tanto de una cuestión de “diseño” sino de
adoptar algunas de las dinámicas
creativas que se emplean en esta disciplina: una invitación a pensar como
diseñadores.
La metodología permite trabajar en equipo para
desarrollar innovaciones de manera abierta y colaborativa. Persigue estimular
la cooperación y la creatividad rompiendo con ideas preconcebidas con el fin de
generar opciones innovadoras para abordar problemas o mejorar situaciones.
Entronca en este sentido con la idea de desaprender (unlearning), un esfuerzo cada vez
más acuciante en nuestra sociedad que requiere distanciarse de los modelos ya
asumidos para analizarlos, desmontarlos cuando sea preciso y reconstruirlos de
nuevas maneras.
En
el centro las personas
con la mirada
de un etnógrafo, que observa y participa en la comunidad que
investiga. Entre los beneficios que presenta destaca la empatía con usuario/as
para los que se diseñan soluciones, la flexibilidad y el coste, así como la
posibilidad de movilizar y comprometer esfuerzos en torno a una visión
compartida. Entre los riesgos e inconvenientes cabe apuntar el peligro de
centrarse demasiado en las necesidades de un/a usuario/a concreto
generando una solución que sólo satisfaga a una persona o a un pequeño
colectivo (esto depende de los destinatarios a los que se dirija el proyecto),
así como la necesidad de asignar tareas y de gestionar el tiempo con el fin de
conducir el proceso a buen término.
[1] Se empezó a desarrollar de forma
teórica en la Universidad de Stanford en California (EEUU) a partir de los años
70, y su primera aplicabilidad con fines lucrativos como "Design
Thinking" la llevó a cabo la consultoría de diseño IDEO, siendo hoy en día
su principal precursora.
1.
Dirigido
a la agenda de innovación: Los objetivos del equipo vienen fijados
por la institución, en relación a las prioridades de su agenda de innovación.
2.
Orientado
a proyecto: Persiguen un
resultado concreto –un producto- en un tiempo determinado.
3.
Duración
corta: Un proyecto de
innovación se caracteriza por plazos cortos, con resultados tangibles, para
poder experimentar con ciclos de ensayo y error.
4.
Composición
multidisciplinar: El
abordaje de proyectos de innovación requiere de un equipo no muy numeroso de
personas de las diversas unidades que forman parte del problema y de la
solución.
5.
Sistema
de información: El
equipo necesita actuar en base a evidencias y a evaluaciones, por lo que será
un demandante de datos a toda la organización.
6.
Empoderamiento: El equipo de innovación debe recibir
poder delegado para actuar y lanzar prototipos que traten de solucionar las
necesidades definidas.
7.
Presencia
del usuario: Para poder
experimentar las propuestas, es necesario introducir al usuario en el proyecto,
ya sea de manera literal, o mediante otros mecanismos como la analítica web,
las pruebas de usabilidad o las encuestas.
8.
Reconocimiento: Es importante asegurar que el equipo de
innovación recibe el reconocimiento por la solución propuesta, para reforzar la
motivación.
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